Sello de Elisa López

El diseño como herramienta para mejorar la vida: la mirada de Elisa López.

Desde sus inicios, Elisa López entendió el diseño como un lenguaje amplio, capaz de resolver problemas y mejorar la forma en que habitamos los espacios. Diseñadora integral de la Pontificia Universidad Católica, su formación le permitió moverse con naturalidad entre lo gráfico, lo industrial, lo textil y lo espacial, siempre guiada por una misma convicción: el diseño es, ante todo, una herramienta para dar soluciones reales a las personas. 

El punto de partida y el origen de un estudio. 

Su trayectoria comenzó en el mundo del retail, primero en marketing y luego en visual merchandising para Paris, donde el contacto directo con vitrinas y tiendas despertó su interés por el diseño interior. Ese impulso la llevó a fundar su propia oficina, inicialmente ligada al desarrollo de pilotos para inmobiliarias. “Sin darme cuenta, ya estaba trabajando con más de veinte inmobiliarias”, recuerda. Hoy, su estudio abarca desde la decoración y el interiorismo residencial hasta proyectos comerciales, oficinas, restaurantes y viñas, colaborando estrechamente con arquitectos en especificación desde cero. 

Una disciplina en movimiento: motivaciones, referentes y la construcción de un enfoque.

Aunque alguna vez pensó estudiar arquitectura, fue el diseño el que la cautivó por su capacidad de observar, analizar y transformar problemas en soluciones concretas. Con 25 años de experiencia, Elisa ha construido una metodología que combina concepto, sensibilidad estética y una lectura profunda del habitar contemporáneo. 

Su trabajo está fuertemente influenciado por los grandes maestros del minimalismo y la Bauhaus: Le Corbusier, Mies van der Rohe y Marcel Breuer. De ellos rescata la síntesis, la ausencia de ornamentación innecesaria y la búsqueda de lo funcional como eje central sin renunciar a la belleza. 

Proyectos que dejan huella. 

Cada proyecto, afirma, le entrega una nueva experiencia. Pero uno en particular marcó un antes y un después: el diseño de un departamento de aproximadamente 500 m². Los clientes confiaron plenamente en su estudio y juntos crearon una composición integral donde arte, mobiliario a medida y materialidades naturales dieron forma a un espacio armonioso y coherente. “Ver a los dueños tan felices en su departamento me llena de emoción y orgullo. Tenemos en nuestras manos el poder de aportar a la calidad de vida de las personas”, comenta. 

Elisa también destaca cómo las nuevas tecnologías, especialmente la inteligencia artificial, han transformado los procesos creativos, permitiendo llegar más rápido a resultados que antes requerían semanas. 

Consejos para nuevas generaciones. 

Para quienes sueñan con dedicarse al diseño o la arquitectura, Elisa es enfática: detrás de cada proyecto bien logrado hay trabajo intenso, constancia y disciplina. Suele citar la frase de Thomas Edison: “El éxito es 10% inspiración y 90% transpiración”. “Debemos dar el 1000% en cada proyecto, grande o chico. Esa dedicación es lo que mantiene a nuestra oficina con una cartera variada e interesante.” 

Proyectos que marcan su presente. 

Hoy, su estudio desarrolla proyectos inmobiliarios, comerciales y residenciales, siempre guiados por la idea de crear espacios cálidos, funcionales y acogedores. Materialidades naturales, texturas orgánicas y composiciones equilibradas son parte esencial de su sello. 

Sus favoritos de ATIKA. 

Dentro del portafolio de ATIKA, Elisa se siente especialmente conectada con las piedras y porcelanatos de texturas naturales. “Mi filosofía es crear espacios cálidos y acogedores. ATIKA ofrece una variedad increíble de materiales que conversan con esa visión.” 

Una mirada sensible, metódica y coherente, que entiende el diseño como una herramienta para vivir mejor.