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Proyecto Casa Alta by AFARQ Arquitectura

Casa Alta: habitar el paisaje desde la arquitectura 

Ubicada al borde de un acantilado con vistas abiertas al Océano Pacífico, Casa Alta es una vivienda de veraneo concebida para vivir el paisaje en su máxima expresión. Situada a 90 kilómetros al noroeste de Santiago, en un entorno de flora y fauna nativa, la casa se inserta con respeto en un territorio de belleza singular, donde el horizonte, el viento y la luz se convierten en parte esencial del proyecto. 

Más allá de aprovechar las vistas privilegiadas, el encargo tenía una premisa clara: crear espacios capaces de albergar tanto la vida familiar como una intensa vida social. La arquitectura responde a este desafío mediante una organización precisa y una fuerte relación entre interior y exterior. 

Las restricciones normativas del terreno definieron el volumen principal: una estructura elevada de 22 x 9 metros que libera el nivel de acceso y permite que el paisaje fluya bajo la casa. Los espacios de uso público se ubican en la planta baja, articulados en torno a un patio central de 15 x 15 metros. Este patio funciona como el verdadero corazón social del proyecto: un lugar de encuentro, protegido del viento oceánico, que se integra al interior a través de ventanas retráctiles que desaparecen en los tabiques, diluyendo los límites entre dentro y fuera. 

Esta continuidad espacial se extiende hacia la terraza, donde la piscina, el jacuzzi y un gran mirador refuerzan la relación directa con el entorno. Patio, casa y terraza se conectan visual y funcionalmente, permitiendo que los espacios se usen de manera fluida y simultánea, según las necesidades del momento. 

El segundo nivel alberga las habitaciones, concebidas como unidades independientes. Cada dormitorio cuenta con baño propio y balcón privado con vistas panorámicas, evocando la experiencia de un hotel y ofreciendo espacios de descanso íntimos y autónomos, siempre en diálogo con el paisaje. 

La materialidad cumple un rol protagónico. La estructura mixta combina muros y losas de hormigón armado con pilares metálicos que sostienen el volumen principal. El moldaje de la losa, realizado con tablas dispuestas longitudinalmente, deja una huella visible que aporta textura y carácter. Los pilares metálicos, sometidos a un proceso de oxidación controlada y posterior protección, adquieren un acabado envejecido que refuerza la relación con el entorno natural. 

En la planta baja, el volumen del área de servicios se reviste completamente en piedra de tonalidades grises y cobrizas, dialogando con el hormigón y la madera de raulí acanalada que envuelve el segundo nivel. Una paleta honesta y austera, donde cada material expresa su naturaleza y envejece con dignidad frente al paso del tiempo y las condiciones del lugar. 

Casa Alta es una arquitectura que no busca imponerse, sino acompañar. Un proyecto donde el diseño se pone al servicio del paisaje y del habitar, creando una experiencia continua entre naturaleza, espacio y vida cotidiana. 

Agradecemos el registro fotográfico a Pablo Blanco @blanco.foto.arq